Levantada en lo alto del pueblo, sorprende a cada cual que la visita. Construida en el siglo XII tan solo conserva de su fábrica románica el bonito ábside, parte de la nave norte y una bonita colección de canecillos que nos recuerda a los del Santuario de EstíbalizEn los canecillos, con motivos zoomorfos, encontramos peces, aves bebiendo, una cabeza de un lobo, etc. Llama la atención el exhibicionista que se sujeta su sexo mientra se acaricia la barba. No podemos irnos sin echar un vistazo a su ventana absidial. En un primer momento de una ligera simpleza pero con unos extraños capiteles decorados con dos especie de serpientes que se enroscan entre sí.